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Como dijo Alfonso Barrantes un gobierno siendo honesto ya seria revolución
Por: Amaro Rodríguez S.
El 28 de julio iniciaremos un nuevo gobierno de cinco años, con nuevo Presidente de la República y nuevos congresistas. Los actuales candidatos parecen olvidar que será un gobierno con una gran austeridad fiscal por la economía en recesión, a casusa de la pandemia Covid-19 y la incontenible ola de corrupción que se da maña para continuar robando los recursos del Estado sin importarle la vida de los peruanos,
No se trata de posturas políticas que linde con la derecha o con la izquierda, se trata de quienes pretenden alcanzar el poder ejecutivo y legislativo, sean gente de probada honestidad. Recordemos la respuesta que dio Alfonso Barrantes Lingán ante una pregunta hecha con cierta sorna por Humberto Martínez Morosini. “¿Doctor Barrantes Ud. sigue creyendo en la revolución?, le respondió en forma rápida “vea amigo Humberto, en el Perú un gobierno honesto ya sería una revolución”.
Precisamente lo que nos falta esa clase de candidatos que hoy fungen de políticos con aspiración presidencial y parlamentaria, sean simplemente honestos de no serlos, continuará el robo en todos los niveles de Estado como está demostrado. Durante el año 2019 se robaron 23 mil millones de soles del Estado, olvidándose de promesa demagógicas, dieron rienda sueltas a sus instintos gansteriles, que mantiene en la pobreza y extrema pobreza a muchos millones de peruanos.
Iniciaremos con un gobierno que recibe de pasivo de un gran endeudamiento internacional en el que está presente el rapaz FMI, que vive de los intereses de los pobres, por eso se impone un gobierno de austeridad fiscal, con rebaja de los sueldos de altos funcionarios, ministros y Presidente de la República, quienes como candidatos pregonan su interés por servir a su patria, exíjanos que lo cumplan.
A los legisladores les pedimos leyes precisas contra la corrupción, cáncer que corroe las finanzas nacionales, para que exista una legislación especial muy expeditiva que permitan incautar todos los bienes de los corruptos y de sus testaferros, destinarlos a prisiones donde se ganen su sustento con trabajo, hacerlos pagar su delito en tanto no exista la pena de muerte.
Por corrupción hay vigente la pena de muerte en muchos países como Singapur, Indonesia, Irán Arabia Saudita, Vietnam, Irak, donde se registraron unas 690 ejecuciones sea por decapitación, ahorcamiento o fusilamiento, sin datos confirmados de China, donde se presume son varios miles de ejecutados ´por corrupción.