Por: Amaro Rodríguez S.
Cuando la viveza criolla se convierte en conducta irresponsable, impulsada por la ancestral indisciplina de peruanos desde la época republicana, no tiene un destino positivo que apunte a un desarrollo y más bien evidencia un permanente drenaje de los esfuerzos de las gentes responsables, honestas y trabajadoras. Esa gente virtuosa y de trabajo son las únicas que cincelan la imagen fortalecida de nuestro país, para alcanzar desarrollo y bienestar social por encima de miles de los carroñeros.
Esa calaña de peruanos en la práctica se sumaron a una creciente masa del pueblo empujados por el hambre que corroe estómagos de sus familias empobrecidas, se gestó gradualmente una cuarentena “bamba”, añadido al colapso de nuestro sistema de salud y dio vida a una realidad que nos entristece por la pérdidas de irreparables de miles de vidas humanas y cientos de miles de contagiados con el Covid-19.
ESTAMOS POR COVID-19 EN FASE MUY DEPRIMENTE
No cabe duda encontrarnos estos momentos de lucha contra la pandemia, en situación muy crucial, por un lado la agresividad de la pandemia, crece con los contagios y ciega mayor número de vidas, por otra parte escasea los recursos de Estado por robo de la corrupción, donde se dieron la mano traficantes de la muerte, con precios especulativos de medicinas y oxígeno, la diáfanas mafias corruptas y los pacientes quedan solo a la voluntad divina.
Muy deprimente ver decenas de enfermos mantenerse a la intemperie más de dos días, para ser atendidos en un hospital, mientras desesperados familiares venden y rematan lo que tienen, para poder comprar medicinas, así salvar la vida de un familiar, mientras otros pugnas con recoger el cadáver de un familiar, en algunos casos los familiares se exponen a contagiarse al tratar de identificar en las bolsas a un familiar fallecido, porque ya se dieron casos, un hospital entregó un muerto ajeno, que fue enterrado pero no era el familiar.
El pueblo espera termine cuanta antes esta macabra pesadilla que lo sufrimos conscientemente y se agilice la identificación los “fenicios” de la muerte por el Ministerio Público, con informes de la Contraloría inicie la investigación de todos los mercaderes de la muerte y de los que robaron los recursos del Estado, no con afán de venganza, sino como un claro acto de justicia.
Irresponsabilidad y hambre originó cuarentena “bamba”
