FMI y Banco Mundial esperan que vacunas y políticas económicas nacionales impulsen la reactivación pero difieren en estimaciones

Perspectivas económicas:

  •     Incertidumbre del escenario actual se ve elevado por factores como los tiempos y costos de campañas de vacunación y la capacidad de brindar estímulos fiscales a través de endeudamiento público.

24 de febrero de 2021 – El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, dieron a conocer sus respectivos informes de perspectivas económicas globales para el período 2021-2022 coincidiendo en estimaciones optimistas para el crecimiento mundial del PBI, aunque con diferencias en sus conclusiones, algo muy poco habitual.

La reciente aprobación de vacunas ha alentado la esperanza de que la pandemia llegue a un punto de inflexión más adelante en el año, pero las nuevas olas y variantes del virus generan inquietudes acerca de las perspectivas. En medio de esta excepcional incertidumbre, se proyecta que la economía mundial crezca 5,5% en 2021 y 4,2% en 2022. Las proyecciones para 2021 se han revisado al alza en 0,3 puntos porcentuales con respecto al pronóstico anterior, en vista de las expectativas de un fortalecimiento de la actividad más avanzada del año gracias a las vacunas y al respaldo adicional de las políticas en algunas grandes economías.*

Según las proyecciones, la solidez de la recuperación varía considerablemente entre países, dependiendo del acceso a servicios médicos, la eficacia del apoyo de las políticas, la exposición a repercusiones económicas transfronterizas y las características estructurales de cada economía al inicio de la crisis.

“La economía se basa en las expectativas, por lo que resulta muy importante para instituciones financieras, empresas y gobiernos conocer cuáles son las perspectivas globales de instituciones como el Banco Mundial y el FMI. Estos datos son fundamentales para el diseño de políticas económicas nacionales que pueden resultar claves en un contexto de pandemia y crisis como el actual.” Aseguró Sebastián Documet, Gerente General de Renta 4 SAB.

La pandemia del COVID-19 provocó una recesión mundial sólo superada por las dos Guerras Mundiales durante el siglo pasado. Aunque la actividad económica mundial está creciendo de nuevo, es improbable que vuelva a la normalidad a los niveles pre-pandémicos en el futuro inmediato.

Durante la conferencia “Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional: Perspectivas Económicas” organizado por Renta 4 SAB, el Gerente General del Instituto Peruano de Economía, Diego Macera, detalló algunos factores que acentúan el actual escenario de incertidumbre:

  •       Dificultad para estimar el tiempo y costo de las campañas de vacunación en diferentes regiones y países. Si bien la primera incógnita fue la fecha de llegada de las vacunas, ahora es cuánto tiempo tardará en ser aplicada a toda la población, lo que determinará la reapertura de la economía. A esto se debe añadir el riesgo de nuevas variantes del virus, pudiendo resultar en que las vacunas ya distribuidas no sean efectivas de forma parcial o total. En este sentido, el FMI tiene una visión más positiva que el BM sobre las economías que puedan convivir con nuevas variantes del virus y la efectividad de las vacunas para mitigar su impacto.
  • Capacidad de los gobiernos de apoyar con estímulos fiscales a través de endeudamiento público. Si bien Perú mantenía uno de las ratios de endeudamiento sobre PBI más bajos de la región, existen dudas sobre la predisposición del ejecutivo de continuar emitir y arriesgarse a comprometer la calificación crediticia del país (rating).
  • La alta tasa de desempleo generado por la pandemia fue de 26% solamente en Lima Metropolitana, lo cual se traduce en aproximadamente 900 mil personas que ahora ya no forman parte de la PEA o que se han visto obligados a migrar al subempleo, típicamente informal. Ello tiene un impacto económico y social muy profundo ya que afecta la capacidad del tejido productivo nacional y la capacidad de dar remuneraciones adecuadas. Todo ello afecta al PBI potencial, el cual caería 0.7% en los próximos 5 años.
  • El riesgo de un incremento en la morosidad, originado por un incremento en el desempleo y el incremento de la informalidad. Si bien los bancos y cajas de ahorros han otorgado periodos de gracia a sus clientes – dos meses en promedio – es evidente que no ha sido suficiente y que una espiral en la falta de pagos de los créditos es posible. Las políticas del BCR tendrán un papel clave, así como las tasas que el sector bancario pueda ofrecer a los deudores.
  • Depreciación de la moneda en mercados emergentes como un efecto rebote de la depreciación del dólar. Si bien es cierto que el Sol ha sido una de las menos volátiles, el tipo de cambio debe ser visto como un termómetro que muestra un síntoma, el cual podría generar preocupación si persiste por un tiempo prolongado. En el caso concreto del Perú, las recientes crisis políticas tienen un impacto negativo en el valor de la moneda nacional, que podría empeorar o mejorar en función de las próximas elecciones generales.

Para controlar la pandemia en todo el mundo se precisa una estrecha cooperación internacional. Estos esfuerzos consisten en reforzar el financiamiento del Fondo de Acceso Global para Vacunas (COVAX) y acelerar así el acceso a las vacunas en todos los países, garantizando la distribución universal de las vacunas y facilitando el acceso a tratamientos a precios asequibles para todos. Muchos países, en particular las economías en desarrollo de bajo ingreso ya acusaban al comienzo de la crisis elevados niveles de endeudamiento, que tenderán a aumentar durante la pandemia. La comunidad mundial tendrá que seguir colaborando estrechamente para proporcionar a esos países un acceso adecuado a liquidez internacional. En los casos en que la deuda soberana sea insostenible, los países habilitados deberán trabajar con los acreedores para reestructurar su deuda con arreglo al marco común acordado por el G-20.

Foto: clarinmedios.com.pe

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