Proteger y cuidar la vida es nuestro desafío

Por: Gloria Montenegro*
Nuestro país atraviesa una de las más serias crisis de salud pública de las que se tenga memoria. Enfrentamos a un enemigo invisible, con características desconocidas. Cada uno de los países afectados por la pandemia del covid-19 responde con diferentes estrategias, lo que se explica porque –justamente– se sabe muy poco de este virus, se aprende sobre él en el camino.
En el Perú, estamos en estado de emergencia desde el 16 de marzo, en un esfuerzo extraordinario por contener la propagación del virus. Todas y todos, liderados por el presidente Martín Vizcarra, nos esforzamos por cumplir las normas, incluyendo el aislamiento social obligatorio.
Desde el Gobierno, asumimos con responsabilidad que esta situación afectará nuestro crecimiento económico y la calidad de servicios esenciales como la educación y la salud. No hay otra salida –y así lo hemos entendido– si queremos proteger y cuidar la vida de todos los peruanos. Ese es el principal sustento de cada medida adoptada ante la pandemia del covid-19.
Tenemos una gran población en situación de pobreza y vulnerabilidad. Con la finalidad de protegerla con los bienes mínimos necesarios, apoyamos a dos millones 700,000 hogares con 380 soles, en dos oportunidades. Además, se ha considerado un presupuesto especial para atender, desde los gobiernos locales, a otras 800,000 familias que no están incluidas en los padrones de beneficiarios.
Desde el Mimp, nuestros servicios de atención a las poblaciones vulnerables –niños, niñas, adolescentes, mujeres, adultos mayores, personas con discapacidad y desplazados– no se han detenido. Por su carácter estructural tan enraizado en el Perú, la violencia basada en género merece una reflexión especial: entre el 16 y el 31 de marzo atendimos 5,348 llamadas por casos de violencia mediante la Línea 100, llegándose a reportar 538 mujeres agredidas, de las cuales 25 fueron conducidas a centros de refugio temporal, a salvo de su agresor. La violencia basada en género no nos da tregua: en estas dos semanas se han registrado 43 casos de violación y, lamentablemente, 27 víctimas son niñas o adolescentes, lo que nos lleva a redoblar esfuerzos para prevenir estas situaciones con todos los medios disponibles a nuestro alcance.
Hemos coordinado con los ministerios de Desarrollo, de Trabajo, de Salud, con los gobiernos regionales y locales, a fin de asegurar que las personas más vulnerables estén incluidas en las acciones de protección y atención. Se trata de familias en pobreza, de aquellas lideradas por una mujer que se gana la vida de manera informal; de adultos mayores que carecen de una pensión y que, pese a contar con 70, 80 o más años, se ven obligados a trabajar, casi siempre en las calles; se trata de las personas con discapacidad que acceden, por lo general, a empleos precarios e informales; también se trata de los miles de desplazados que continúan viviendo en pobreza.
En este esfuerzo no estamos solos; el compromiso del Gobierno en su conjunto, de los gobiernos regionales y locales; y el de la población, quedándose en sus casas, lo demuestra día a día. Nosotros apoyaremos, promoveremos y potenciaremos cada uno de los esfuerzos por proteger y atender a esta población.
Esta guerra la ganaremos con nuestra principal arma: la solidaridad de los unos con los otros, pero sobre todo con los más vulnerables de nuestro amado Perú.
*Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables

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