La contradanza de Santiago de Chuco

Por:   Javier Alcántara Paredes

La contradanza es un ritmo rápido de danza, en compás binario, compuesto por varias secciones de 8 compases que se repiten. La contradanza musicalizada y bailada en los años sesenta en el caserío Querquerball, tiene influencia de las danzas pre incas e incas y el huayno santiaguino que bailaban varones de diferentes edades disfrazados de hombres y mujeres en las Novenas en honor al glorioso Apóstol Santiago El Mayor”, dando las notas coloridas y pintorescas. La banda incaica de Shinga dio marco a la melodía, con traveseras, hojas de eucalipto, triángulo, tarol y bombo.

La música de la contradanza de Querquerball es de ritmo rápido muy preciso a 90 pulsaciones por minuto, con compás binario, puramente instrumental. Es un género adaptado y usado por diferentes formaciones musicales, como la banda incaica de la institución educativa de Querquerball que en los años 60 era escuela fiscal de varones 2738, bandas de música, orquestas y otras.

El término contradanza en el norte del Perú, se suele relacionar con Santiago de Chuco y Huamachuco. Hay diversas opiniones sobre su origen. Lo cierto es que la melodía y danza son muy diferentes, así como su vestimenta.

ORIGEN Y VESTIMENTA: En la época colonial se practicaron muchas danzas mestizas; y, así como la “danza”, existió la “contradanza”, que se ha prolongado hasta nuestros tiempos a través de esta mojiganga a la cual también se le llama “china y cholo”.

Esta mojiganga nace a partir de un antagonismo, o podemos partir de un ritual de inversión andina, en antaño las competencias eran hercúleos notamos en el caso de la palabra palla o pallas, convirtiéndose en pallos, generando una nueva danza o mojiganga con su propio estilo, lo mismo pasa con el punto que genera el contrapunto y es obvio que de llamar danzas se creó las contradanzas con su propio estilo de bailar, combinando muchos pasos como de cueca, marinera, huayno, hasta el punto mismo, originando una vestimenta muy peculiar y a la vez causa asombro, un sombrero de jipijapa con ala agachada totalmente del cual desprende un tul que sirve para cubrir su rostro, en la parte del cuello una bufanda o chalina que sirve para ejecutar el baile, lo que también en la mano lleva un pañuelo que le permite bailar, llevan un saco de color azul marino generalmente, con su camisa de color blanco, un pantalón negro remangado, calcetines hasta el pie de la rodilla sujetos por maichiles, quiénes se engríen al compás del ritmo de las hermosas melodías de la travesera y tambor, algunos utilizan llanques o zapatillas, zapatos.

Los varones quiénes se disfrazan de mujeres llevan sombrero igual que del varón, satirizando la mujer mantienen sus trenzas largas y a la vez que sus rostros lucen un excesivo maquillaje, como polvos y colorete de color exagerado en los labios una blusa llamativa y sobre ella una chompa abierta de color escandaloso como verde limón o rosado fuerte, sus faldas son bajas y anchas, prefieren floreadas, portan medias color carne y zapatos. Esta mojiganga las contradanzas está integrado por varones en número de seis o más, es una danza masculina quienes satirizan los movimientos y conducta sensual de las mujeres.

  1. EXPRESIÓN CORPORAL: Las contradanzas, mojiganga que cuyos movimientos son estimulados por la música, como la moción de la danza es conjunta y unidos por diversos bailes, sacan el pañuelo al aire y con la mano la punta de la falda para elevarla coordinado siempre con sus pasos, cambiando el baile original o también cambiando la bufanda doblado en dos; sus rasgos de varón se pierden y simulan a la mujer coqueta. Los danzarines dan vuelta sacando el pie hacia delante haciendo lo mismo con el otro, dando vueltas al lado izquierdo y derecho, difundiendo sus números que causan gracia en los espectadores.

  1. COREOGRAFÍA: Las contradanzas salen a bailar divididos en dos columnas una de varones y otra de mujeres, al momento que realizan sus números salen de su lugar bailando ligeramente y con zapateo escandaloso al son de una música llamada de china y cholo, que no es huayno ni marinera, a motivar a los espectadores, infundiéndoles emoción y alegría.

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