Al amigo de las palabras profundas y los actos trascendentes: Alejandro Cosamalón Armas
Por: Florencia Bracamonte Ganoza
Al amanecer, un gran amigo emprendió su viaje, ligero de carga terrenal, quien sabe en su dimensión humana deseaba tener su antigua máquina, aquella que conoció del galope de sus dedos que trasladaba sus pensamientos iluminados por inspiración de excelsa humanidad a su vez por transcendencia del Hacedor, para resultar en escritos firmes, informativos, que llamaban la atención hacia los objetivos de coadyuvar a tomar atención en temas sociales o la solución de los mismos, aquellos que le quitaban el sueño, aquellos que tú, SEÑOR DEL UNIVERSO le habías encomendado.
Es tan difícil, para su familia y amigos, procesar ese encuentro maravilloso en el cual está entrando en el cielo de Jesús; cristianamente es una algarabía porque nuestro espíritu intuye que se está encontrando con la esencia del SER CREADOR, HACEDOR y que humanizamos al darle adjetivos, formas de expresarle según nuestro pobre entendimiento, pero que intuitivamente percibimos como la EXCELSA LUZ, como el AMOR más inmenso existente; pero que nuestro pobre entendimiento nos lleva, en este instante, a sentir su partida terrenal.
Alejito, hiciste muchas obras, el SEÑOR las reconocerá, pues te otorgó el don de la voz y la palabra, fructificó tu generosidad, la palabra que amable consolaba los sinsabores de cuanto ser humano compartía contigo, no por darte una carga, sino porque inspirabas a que compartiésemos lo que nos sucedía, porque notábamos en ti, serenidad, confiabilidad, racionabilidad y sobre todo tu quijotesco espíritu, de observar dónde estaba la necesidad y dónde estaba el necesitado y ahí tu maravillosa palabra inspirada en el Señor daba desde el consuelo hasta la idea que solucionaba la dificultad en el que cualquier ser humano que se acercaba a ti estaba envuelto.
Te conocieron directamente cientos de personas, indirectamente miles, pues tus escritos y tu voz pasaron por instituciones como Diario La Industria, Nuevo Norte, La Voz de la Calle y otros, así como por ONG, te preocupaste hasta en nuestra última conversación de aquellos que tienen habilidades distintas en el habla y en el oído, en los pacientes oncológicos, le diste vida al Club de pacientes del Dr. Incháustegui, y muchos disfrutamos de tu transitar, te preocupabas por ofrecer hasta chocolatadas a los niños y a los niños sin fin que apreciábamos tus atenciones, porque estabas atento al fino detalle, a la compensación por los gestos de enfermeras, de médicos científicos, de cuanta persona conocías.
PADRE CELESTIAL, PADRE GENEROSO, envía a tus ángeles a mostrar el tramo del camino que lo lleva directamente a ti, por todo lo bueno que Alejito hizo en este mundo, porque fue un excelente padre con sus hijos y un hermano de acompañamiento espiritual para tantos amigos y personas que él conoció. Te pedimos que tu luz siempre guíe a los suyos y a las amistades y a toda persona que necesite de tu BONDAD, para que continúe TU OBRA que encomendaste a un ángel en la tierra, como fue Alejito, a ALEJANDRO COSAMALÓN ARMAS, nuestro GRAN AMIGO y HERMANO.
Vuela ligero, sin carga, con la paz que sólo nuestro SEÑOR DEL UNIVERSO te ha otorgado por tus obras buenas, ahí donde te esperan tus ancestros y tus amigos como el Dr. Roberto Incháustegui, entre tantos admiradores a tu sensibilidad humana. Vuela alto querido Alejito.
En el Año de la Gracia del Señor del 2020, un 14 de Abril, a las 5:00 a.m.
Florencia Bracamonte Ganoza