Sacar al ejército a las calles a apoyar a la policía nacional, es una propuesta que “ayuda”, pero lo están haciendo muy larga, y el ampa del extranjero y nacional sigue robando, extorsionando y matando a nuestras compatriotas. El servicio de inteligencia contra el hampa está muy bien y está golpeando duro, pero, falta aún más.
“Militarizar la sociedad peruana”, puede parecer anti derechos humanos y tonta, pero, la realidad sociocultural nos está demostrando que debemos ser implacables con el hampa venga de donde venga. A nuestro Estado, no pueden seguir abofeteando, porque está equipado y tiene poder. Pero, necesitamos un nuevo contrato social y transferencias presupuestales que funcionen. La propuesta del gobernador de La Libertad, César Acuña Peralta, no es jalado de los pelos, lo que se necesita es concretizar la idea, llevarla a la práctica. Es cierto que no es la solución al problema público, pero, peor es no hacer nada y ver que matan a la ciudadanía.
El Estado sabe quiénes son y donde están, si pudieron con el terrorismo, pueden con las organizaciones criminales, a la par del patrullaje de la policía nacional y el ejército, debería el gobierno regional ejecutar un proyecto de inversión pública no con sobras, a favor del desarrollo social, experiencias desde el sector privado y fundaciones internacionales para trabajar con niños, adolescentes en los distritos de La Esperanza, Florencia de Mora y El Porvenir existen, dejemos de ser mezquinos, mejoremos estos proyectos sociales.
Finalmente, no debe importarnos mucho si el gato es de color rojo o blanco, lo que si nos debe unir, es hacer que el gato cace ratones, no perdamos más tiempo, los ciudadanos de a pie lo clamamos.
Los científicos nos advirtieron que teníamos que aprender a convivir con el virus del Covid-19, pero, nos olvidamos rápido, y empezó la farra. La variante número seis esta entre nosotros y no hay tiempo para leyendas urbanas. Van tres en la región San Martín (incluido un niño) y, quienes toman las decisiones para solucionar los problemas públicos, no pueden cruzarse de brazos. No pretendan, plantear alternativas que no conocen, “zapatero a sus zapatos” autoridades.
Llamen, escuchen y apoyen, a los profesionales en Ciencias de la Salud, trabajemos desde lo local, porque esperar que lo solucionen desde Lima, seguro habría más de tres muertos, ¿quehacer?, es la pregunta en estos momentos. Los padres de familia, hijos, abuelos, todos tenemos responsabilidades ante esta amenaza que nos sopla la nuca a todos. Experiencias exitosas en otros países nos enseñan que los que toman las decisiones territoriales deben confiar en los profesionales para enfrentar la nueva variante del Covid-19.
No vamos a ponernos a describir los niveles de atención de salud pública, a contar las camas, que sabemos que son deficientes. Walter Grundel, los alcaldes de Tarapoto, Morales y Banda de Shilcayo no son médicos, pero, apoyen las propuestas a corto plazo, porque a mediano y largo plazo estaremos muertos.
Finalmente, pronúnciense los que conocen, los que saben, los que toman las decisiones y empecemos poco a poco a ejecutar los acuerdos más claros, más sensatos, que no perjudiquen la inversión pública e inversión privada.
El ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, en términos cristianos dijo que en los tres niveles de gobierno no existen empleados que conozcan y ayuden a gastar las transferencias presupuestales, y es un tema viejo que los capacitadores en gestión pública por décadas lo anuncian, pero no los hacen caso, porque nos gusta administrar el desorden que “funciona”.
El MEF, comunica que se gasta el 70% en promedio y sobran veinte mil millones de soles, amén de las obras paralizadas, mal construidas y en litigio entre el Estado y la empresa privada, que es otro tema. Me sigo preguntando, ¿porque aquellos que toman las decisiones, no ordenan que también se hagan proyectos de desarrollo ambiental, desarrollo económico local y desarrollo social?, haríamos mucho con estos veinte mil millones de soles.
Lo más vergonzoso para los gestores públicos y me supongo que también para SERVIR es que el ministro describa que de 100 proyectos que se esperan anualmente, solo se concluyen 10 (Dios nos coja confesados), estamos hasta las patas, y me incluyo como gestor público, y al poner candados a aquellos niveles de gobierno que no gastaron, para no aprobar sus proyectos el 2024, los que pagaran los platos rotos, serán los que la pasan mal siempre.
Finalmente, con esos veinte mil millones de soles que no se gastaron, podríamos hacer proyectos contra el Covid-19, criminalidad, fenómeno del niño y otros problemas públicos.