Por: Amaro Rodríguez S.
El pueblo norteamericano tiene en Donald Trump, un Presidente embriagado de soberbia y agitado por la pandemia del Covid 19 a la que no puede hacerle frente en condiciones mas adecuadas, acorde a ser la primera potencia mundial que atesora las mas grandes fortunas, que no llevarán las víctimas del letal Covid 19 y reacciona en forma cobarde y con repugnante agresividad contra otros países soberanos que gestionan ayuda.
Sin duda alguna la administración de Trump con grosera y aberrante actitud inhumana, ensombrece y ensucia la solidaridad humana a nivel internacional, oponiéndose a levantar acostumbradas sanciones unilaterales contra otros países, que requieren salvar la vida de su población amenazados por el Covid 19, mostrándose así como enemigo de los DD. HH.
En momentos de catástrofe mundial como podríamos calificar la propagación del mortal coronavirus, siempre sale a relucir la solidaridad humana, darnos la mano cuando más lo necesitamos, pero la nauseabunda política exterior de Trump, impide a pueblos soberanos a través de sus gobiernos, gestionar la adquisición de insumos para contener la pandemia que a manera de negra nube se desplaza en el mundo llevando el mensaje de la muerte.
La posición obstruccionista de la administración Trump, no del pueblo norteamericano, contrasta con la lógica política humanitaria emprendida por otros países como China, Rusia y Cuba entre otros, los cuales de acuerdo a sus capacidades aportan materiales y profesionales, quienes corriendo inminente riesgos para sus propias vidas, en aras de la solidaridad humana, se hacen presentes en tétricos escenarios para reforzar los esfuerzos nacionales en combatir el Covid 19.