A casi de 10 horas de la ciudad de Trujillo se ubica el distrito de Sartimbamba, y en su capital se encuentra el Colegio Ciro Alegría N 80148, tierra del escritor del mismo nombre; estas aulas de tapial y tejas andinas han albergado a miles de estudiantes en los últimos años, marcando así los recuerdos más significativos de nuestra niñez, en esos espacios pasábamos más tiempo que en nuestra propia casa, era nuestro segundo hogar. Se construyó hace casi 40 años a base de república convirtiéndose en el primer local oficial del nivel secundario del distrito.
Increíblemente ahora, parece una casa abandonada que se cae a pedazos al borde de un abismo; pero que tampoco hay otro espacio para que cientos de estudiantes disfruten realmente del placer de estudiar. Las gestiones locales de turno al igual que la región han procrastinado por años y priorizado más las frivolidades del cemento, lo curioso es que ninguna de ellas ha pasado ni el 70% de su ejecución, y para el 2024 tampoco figura en ningún nivel de gobierno una partida para ello.
Se podrían ensayar varias justificaciones para dejar de atender esta necesidad urgente; pero en una región dónde el ande liberteño se ha convertido en el principal productor de oro del país eso es una verdadera paradoja. Está claro que las responsabilidades son compartidas, en los diferentes niveles de gobierno, pero es momento de poner en la agenda como una prioridad común; sería una magnífica oportunidad para unir todas las fuerzas y poner a la educación como un eje prioritario que trasciende y ver que gastar en educación es INVERSIÓN. Nuestros alcaldes, consejeras regionales, subprefecturas, Gobierno Regional, empresa privada, APAFA, rondas campesinas, ex alumnos y la sociedad civil organizada. Y no esperemos unir fuerzas para lamentar y hacer catarsis lo que pueda pasar si no remediar con prontitud porque eso sí sería una tragicomedia.