Más fuerte son los sueños que los recuerdos tras COVID-19

Por: Amaro Rodríguez S.

A medio camino del devastador paso del Covid-19 por nuestro Perú ocasionando prematuras muertes de decenas de miles de peruanos, la mayoría de mayor edad, enlutando a igual números de familias, deja como secuela tristeza entre los que perdieron familiares y en gentes sensibles, pero también miseria económica por el incremento de la pobreza y extrema pobreza, sin esperanza inmediata de generarse masivo puestos de trabajo.

Nuestros más acariciados sueños que perseguimos en nuestro devenir, sufrieron por la pandemia un sísmico remezón, el gris escenario continúa su trayectoria y nos percatamos que nuestros sueños son más fuertes, que nuestros recuerdos generados durante más de medio año flagelado por el Covid-19.

En este turbulento escenario donde día  a día sea por negligencia, irresponsabilidad, o por el colapso del sistema de salud, nos jugamos al azar la vida al, pero nuestros sueños estén despiertos, aletargados o dormidos, como agudísimas brocas de un taladro, potenciados por  energías de nuestro pensamiento y la persistencia en alcanzarlos, siguen abriéndose  paso penetrando estructuras, espacio y tiempo para hacer realidad nuestros sueños.

Los recuerdos ingratos ocasionados por la pandemia van distorsionándose con el correr del tiempo, luego aparecen grises camino  al olvido pese a su intensidad  que lesionó nuestros sentimientos, los  cubrió de sombras de angustia, soledad depresión hasta paranoia, que mediante la reflexión se debilita  y siempre esos tristes recuerdos son menos fuertes, frente a los sueños que impulsa nuestras vidas.

Confiando en la gracia divina de nuestro Dios, esperamos con fe, amengüe el efecto letal del Covid-19, solo nos queda actuar con la sabiduría que nos viene de la divinidad, para  mantenernos siempre de pié alimentando la solidaridad, aportando cada quien con sus respectivas habilidades, para alcanzar la reactivación económica que genere puestos de trabajo.

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