Honestidad trabajo solidaridad y servicio con hombría en buen candidato

Es hora de ubicar entre 23 a un candidato aceptable

Por: Amaro Rodríguez S.

Con el único propósito de orientar a la ciudadanía inclinar su voto en favor de tal o cual candidato, lamentablemente  por inmadurez política  engloba una gama variopinta de 23 candidatos,  por su cantidad podemos decir  al estilo Acuña “candidatos como cancha”, que refleja en términos generales la voracidad de intereses que pretenden alcanzar al Poder para enriquecerse, olvidándose que incursionar en política es para servir.

No estamos capacitados para adentrarnos en el pensamiento de otras personas, menos  conocer las verdaderas motivaciones, que tuvieron para ingresar en agrupaciones políticas, que participarán en las próximas elecciones del 11 de abril, para elegir al nuevo Presidente de la República y a los integrantes del Congreso por un mandato de cinco años.

Solo a manera de  sugerencia podemos identificar signos exteriores en  candidatos como simples indicios, que presumiblemente  nos genere confianza como los más idóneos, para llegar a trabajar con política de servicio a favor de las grandes mayorías, casi siempre olvidados por los políticos, quienes utilizaron la demagogia, no trabajaron en equipo para impulsar el desarrollo y bienestar del pueblo peruano, solo trabajaron por su bienestar.

La honestidad es un atributo personal y fundamental para que ese político sea respaldado,  demostrando en su hoja de vida, ser poseedora de una honestidad garantía en cualquier gobierno y en cualquier época, también debe demostrar con hechos una buena trayectoria de trabajo, motor del desarrollo, además de ser una personas con espíritu solidaria, no con acciones que practique hoy con fines electorales, sino como una conducta propio de buenas personas.

Asimismo el candidato debe ser conocido por su don de servicio como parte de su personalidad, demostrado en instituciones de servicio, en  actividades privadas con claras muestras solidarias y fundamentalmente ser candidatos con hombría de honor, saber admitir y reconocer sus errores, no culpar a otros por hechos condenables, menos eludiendo cobardemente responsabilidades para endosarlo a terceros.

De hecho se  deberá excluir de facto a candidatos con antecedentes judiciales y penales, más aún si han sido condenados, cualquier agrupación que incluya estos candidatos investigados por la Fiscalía, no cometamos un grave error de votar por ellos, porque la sabiduría popular dice “gallina que come huevos, aunque le quemen el pico” y eso puede suceder, tomemos las precauciones cívicas para ejercer limpiamente nuestro derecho al voto.

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