Por: Vicente Leonardo Cortez Urcia
El rendimiento de la selección peruana en esta segunda fecha doble, ha sido uno de los más bajos en estos últimos tiempos y, en especial, de la era Gareca.
La costumbre de ver solidaridad entre compañeros en partidos de mucha dificultad y en momentos duros a nivel de país, no se vio reflejado esta noche ante Argentina.
La apatía que tuvimos en Santiago nos siguió hasta Lima. Prueba de ello es que nos dejamos estar, otra vez, en el primer tiempo y por ende recibimos dos goles que nos terminaron bloqueando un posible, pero utópico camino al empate.
El bajo nivel de algunos referentes y las notadas ausencias de otro son, también, otro dolor de muelas del cual no hemos podido salir en estas primeras cuatro fechas.
Ha sido espantoso ver como la línea defensiva se dormía en sus laureles, cada vez que peleaban un balón con los argentinos. Eso se pudo ver en el rendimiento de los cuatro del fondo; sobre todo en Aldo Corzo y Anderson Santamaría quienes eran puerta abierta y fueron responsables directos en las dos conquistas albicelestes.
La ausencia futbolística e intelectual de Yoshimar Yotún también fue otro punto importante que no supimos corregir. Sin ‘Yoshi’ recuperando y buscando pases para lo ofensiva, no tenemos el eje defensa-ataque para lograr equilibrio en la mitad de la cancha.
Otro aspecto grave ha sido observar la falta de credibilidad que se tuvo a Gianluca Lapadula. Si bien no nació en el Perú, tal parece que el ítalo-peruano se metió ese chip en la cabeza que llegaba a la selección para aportar y buscar soluciones a un puesto muy alto para quien lo intenta tomar.
Y si bien buscó aportar, le fue difícil congeniar con sus compañeros de ataque como André Carrillo, Edison Flores y Chirstian Cueva a quienes, a manera de chicle, se les pegaba el balón antes de decidir combinar o hacer una pared letal con el delantero de doble nacionalidad.
Más que reconocerle una ocasión clara de gol, a Lapadula, en este día histórico de transición de la democracia, se le recordará por cantar, a viva voz, nuestro Himno Nacional, algo que les faltó, en la entonación, al resto de jugadores.
Terminamos el 2020 de la peor manera posible (1 punto de 12) y como penúltimos de Sudamérica. Ante ello, se tendrá que trabajar duro para voltear la página rápidamente y empezar a trepar en la tabla de las Clasificatorias.