¡A la selección hay que sentirla!

Por: Vicente Leonardo Cortez Urcia
Desde que el apellido Lapadula empezó a sonar en los medios deportivos nacionales por tener raíces peruanas y por su buen momento -con anotaciones incluidas- en el Pescara de la segunda división italiana, la gente empezó a delirar con la posibilidad de ver al ítalo-peruano vestido de blanquirrojo.
La preocupación de ya no tener otro ‘9’ de la calidad como Paolo Guerrero y de ver como han caído en el intento de reemplazarlo jugadores con prospecto, pero sin efecto goleador, como Beto Da Silva, Yordy Reyna, Raúl Ruidíaz, Alexander Succar o Iván Bulos; nos hizo virar nuestra mirada hacia la península itálica para ver si a Lapadula no solo le seducía nuestra gastronomía o costumbres; sino, también, el deseo de sentir nuestra piel gloriosa.
Sin embargo, a pesar de que el DT de la Bicolor, Ricardo Gareca, hizo todo lo posible por conocer a fondo de que magnitud eran sus deseos de jugar por Perú, simplemente se topó con el desinterés del mentado atacante.
Las razones eran obvias: él siempre vio a la selección de Italia como su primera opción de buscar consagrarse a nivel países. Su buen momento y su llegada a la serie A, donde defendió al legendario e histórico AC Milán, lo hacía suponer que, en cualquier momento, las puertas de la ‘Azurra’ se le iban a abrir.
No obstante, el simple y trágico hecho de nunca aparecer, ni siquiera, en las listas previas de Italia, lo hizo agachar la cabeza y mirar con cierto arrepentimiento la posibilidad que se le presentó años atrás.
Hoy, con 30 años, Gianluca Lapadula sabe que, en Europa, su tiempo de espera para integrar una selección ha terminado por su edad; es por eso que solo ha visto a Perú como su mejor vitrina para conseguir el protagonismo y la popularidad que Paolo Guerrero sigue manteniendo vigente a sus 36 años.
Tras ver que a Perú le faltó un ‘9’ neto frente a Paraguay y Brasil y que, a pesar de ello, tuvo destacadas presentaciones en las dos primeras fechas de las Clasificatorias Sudamericanas, Lapadula no lo pensó dos veces para venir a nuestro país.
Es por eso que -tras hacer público su tatuaje de un indígena incaico en una de sus extremidades y telefonearse con los altos mandos de la FPF, el ‘Tigre’ Gareca y la Cancillería- logró, en tiempo record, obtener el DNI peruano, ese que nosotros -personas mortales- demoramos en recibir hasta más de un mes.
Tras esa rápida reconciliación con la Biciolor, Lapadula recibió su primera convocatoria y – por cosas del destino- tendrá la grandísima oportunidad de empezar a ganarse un nombre en la historia de nuestra selección, nada más y nada menos, que ante Chile, en el mismo Santiago.
Será, pues, la gran misión caliente del actual jugador del Benevento Calcio, aparecer con goles ante los chilenos, rivales eternos del Pacífico, para empezar a callar a sus críticos y justificar todo el esfuerzo que se hizo por hacer de esta utópica convocatoria, una realidad.
Fotografía: prensa RPP

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