Por: Israel Jurado Zapata
La situación política, económica y social actual de los pueblos indígenas en México y América está aún lejos de recuperar sus condiciones de desarrollo y autonomía previas al inicio de la colonización occidental; o bien, los derechos defendidos y preservados durante el propio periodo colonial inicial, cuando las potencias europeas invadieron progresivamente el continente y provocaron el desmantelamiento de los Estados indígenas, su desplazamiento de territorios ancestrales y el desgarramiento de sus comunidades, no sólo por la violencia misma de la invasión y conquista, sino por las enfermedades que diezmaron a la población originaria durante diferentes periodos. Desde entonces, podemos considerar, estos pueblos y comunidades han mantenido una lucha permanente por defender sus derechos colectivos a la tierra, la autodeterminación, el acceso a la justicia, y el desarrollo.
Sobre estos temas, las universidades del continente han desarrollado innumerables investigaciones, encuentros académicos, congresos, coloquios, conservatorios y foros, y la Universidad Nacional Autónoma de México no ha sido la excepción. Sin embargo, su impacto real en el diseño de las políticas publicas de cada país, o una transformación en los sentidos comunes y subjetividades de las diferentes sociedades donde ha prevalecido una surte de discriminación y hostilidad permanente hacia las poblaciones indígenas, como herencia directa de los procesos coloniales y neo-coloniales (colonialismo interno dirían: Pablo González Casanova, Aníbal Quijano o Walter Mignolo, entre otros); a variado, o no se ha traducido en mejoras sustanciales para las condiciones de vida de la mayoría de los indígenas, los cuales, al contrario, hoy enfrentan serios retos para la supervivencia de sus lenguas, sus culturas y sus unidades sociales.
Aún es mucho lo que se tiene que hacer desde la academia, sobre todo, salir de las aulas e intervenir en la realidad atendiendo los problemas que aquejan a esta población, pero, sobre todo, acompañándolos en sus propios procesos organizativos. Entonces ¿Por qué hacer un foro más de diálogos sobre democracia, justicia y sociedad en pueblos originarios? En primera instancia está el seguir insistiendo desde la academia como una trinchera más de lucha en la “batalla cultural”, en la importancia de visibilizar las luchas históricas de los pueblos indígenas, así como de reconocer su legado a otras formas de lucha y resistencia desde la clase social, el género, el sindicalismo, etc. Esto constituye información, narrativas y experiencias que pretenden llegar a más y más personas para, entre otras cosas, impulsar la “toma de conciencia” sobre las injusticias que nos siguen afectando a todos.
Mencionar esto, tratar los temas desde diversas perspectivas es otra forma de aportar, no sólo al debate público, sino al dicho proceso de concientización, urgente en nuestra región para luchar contra la acelerada precarización de la vida, lo cual le ha convertido en la región con mayores desigualdades socioeconómicas del planeta. También nos puede enseñar a comprender que otras alternativas al actual sistema político-económico existen: precisamente las que ya han puesto en práctica los pueblos y comunidades indígenas. Así, el “buen vivir”, el respeto a los “derechos de la naturaleza”, el reconocimiento de la diversidad cultural y epistémica (filosófica), y el potencial de todo esto para guiar al mundo hacia otras formas de coexistencia que permitan la supervivencia de nuestra especie ante los nuevos conflictos globales, se convierte en alternativa real que las universidades deben conocer.
Es por ello que el reciente “Foro de diálogos sobre democracia, justicia y sociedad en pueblos originarios: perspectivas interculturales”, organizado entre el Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS-UNAM), y el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIIC-UNAM), con el apoyo de: la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, de la Secretaría de Cultura de México, el Centro de Estudios Sociológicos y el Centro de Estudios Antropológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y el Posgrado en Ciencias Antropológicas de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, se llevó a cabo los días 20 y 21 de mayo del presente año para convocar a estudiantes, profesores, intelectuales, creadora(e)s y activistas sociales indígenas y chavoches, yoris, caxlanes…, (etno-denominaciones de la gente que no se identifica como indígena), y participar en un diálogo que nos permitiera conocer las propuestas organizativas, teóricas y filosóficas que los pueblos indígenas están implementando o proponen en torno a la sociedad, la cultura, la democracia, la gobernanza, la justicia y la cultura de la paz, ello en un intercambio de saberes y para el impulso de un referente teórico-metodológico (la praxis cultural indígena) que enriquezca el quehacer universitario.
Este espacio de reflexión y diálogo (interdisciplinario) pudo abordar también los desafíosque se están enfrentando en las regiones indígenas de México, como la contaminación de las empresas extractivistas. Cabe mencionar que también se contó experiencias sobre estos temas desde Brasil, Estados Unidos y Perú, con participaciones vía remota ¿Pero esta experiencia tendrá repercusiones a nivel de políticas publicas del Estado mexicano? Muy probablemente no ¿Es un foro más en la universidad sobre estos temas? No es el propósito aquí desdeñar esfuerzos similares anteriores, pero esta experiencia se convirtió en un espacio de encuentro y construcción de lazos entre los exponentes, académicos y organizadores que participamos en cada una de las ocho mesas que conformaron el foro.
Quizá algo de lo más relevante de este esfuerzo fue el planteamiento mismo del foro que, desde su eje central de reflexión: la democracia y sus prácticas y concepciones desde los pueblos indígenas, permitieron al público asistente y a los que siguieron la transmisión en vivo por las redes socio-digitales, comprender que lo que entendemos por este concepto, tiene expresiones diversas y hasta más radicales entre las tradiciones y filosofías que aquellos impulsan y defienden. Así, la “Mesa 1: Democracias indígenas” (https://www.youtube.com/live/vyZ_mt2IDUw?si=TJOfLvCC26IF5MWd), nos permitió conocer la “praxis” de este concepto y aún su nexo con tradiciones organizativas más antiguas, como lo señaló el Dr. Elio Masferrer. Aquí, es preciso destacar que el tema de democracia fue transversal a todas las mesas desde diferentes enfoques.
En la “Mesa 2: Justicia comunitaria y pluralismo jurídico” (https://www.youtube.com/live/7WRZoiPh8yM?si=4COtCfsY-Utjr4zO), se pudieron conocer experiencias en defensa de sus derechos, las cuales han sido amenazadas por lo que podríamos denominar “crímenes de lesa humanidad” por parte de funcionarios públicos corruptos y empresarios sin escrúpulos que han invadido sus territorios y les han despojado de sus bienes comunales. En seguida siguió la “Mesa 3: ¿Cuál es el papel de las instituciones del Estado en relación con los pueblos indígenas?” (https://www.youtube.com/live/_QNT2MBJrKs?si=5S-4SxY77q8uvP-0), donde si bien, se siguió hablando del reclamo por los derechos de los pueblos indígenas, la voz de Jamie Martínez Luna cimbró a la audiencia con sentidas exigencias desde estos sectores sociales por el derecho a vivir en paz, sin las presiones históricas externas de “caciques”, empresas transnacionales e intereses político-económicos que han perturbado las lógicas comunitarias.
El primer día del foro concluyó con la “Mesa 4: Las mujeres indígenas como actoras sociales, políticas y culturales” (https://www.youtube.com/live/huLf3YGxKdI?si=Y0qbyrgsTphYPb1F), donde las cuatro exponentes provenientes de diferentes comunidades y culturas indígenas, problematizaron la triple opresión que significa ser mujer, indígena y “pobre” en estos tiempos de “capitalismo salvaje”. Hasta aquí, resulta preciso destacar que no existe el afán de victimizar a estos pueblos y comunidades, ni de revictimizar a los actores y actoras sociales, sino más bien, de alzar la voz, digna y legitima, facultada para hablar de ellos y ellas, es decir, la voz desde sus propios corazones y experiencias.
En el segundo día del foro se desarrolló la “Mesa 5: Conceptos, categorías y prácticas indígenas en materia de justicia, democracia y sociedad” (https://www.youtube.com/live/Orkcp1e8g38?si=W0_sFpbO35vAe5e9) donde, entre otros temas muy relevantes, destacó la participación de Xareni Merino Damián, que abordó el tema de la diversidad sexo-genérica y sus formas de asimilación, aceptación o rechazo en algunas comunidades indígenas. En la “Mesa 6: Gobernanza y autonomía en los pueblos originarios” (https://www.youtube.com/live/mAtQOPf2GtM?si=exnYgWZxu2q-Jp2k), se volvió a profundizar en los temas de la defensa del territorio y el derecho a la autonomía, y se reivindicaron las nuevas/viejas formas de gobernanza y su coexistencia con el Estados nación moderno. En la “Mesa 7: Epistemologías indígenas” (https://www.youtube.com/live/vdH7PhbcnNU?si=-CKYE3bWM3ttUN2Z), se construyó también un interesante diálogo entre las perspectivas indígenas del saber y las visiones filosóficas desde la academia, desde Occidente, que fueron recuperadas para “re-pensar” la ecología de saberes (como diría Boaventura de Souza) que aún subsiste gracias a las resistencias indígenas.
Finalmente, la “Mesa 8: Políticas de reconocimiento y el sentir de los pueblos originarios” (https://www.youtube.com/live/-9nx3bgtaQQ?si=MoZEJ5KiYH4018Yv), se convirtió en el escenario para que los estudiantes de la universidad nacional con identidades indígenas expresaran sus inquietudes, formas de comprender las dinámicas actuales de su entorno y su región, y también para la participación de una “afromexicana”, María Alicia González, quién señaló la importancia de considerar a este sector social como parte de nuestras “raíces culturales”. Aquí, mención especial también tuvo el papel del Congreso Nacional Indígena, organizado en México en el marco de la lucha del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, para dar voz a los pueblos y comunidades indígenas que habían sido invisibilizados por el Estado, e impulsar sus demandas más sentidas.
Finalmente, cabe destacar que el concepto y categoría de lo “intercultural” fue certeramente problematizada por algunos de los exponentes, dejando en claro que la misma realización del foro, con voces diversas, desde diversas tradiciones étnicas y culturales, no significaba que se hubiese cumplido la interculturalidad, es decir, su práctica real, la cual transciende estos espacios y plantea una “verdadera” horizontalidad donde no tenga que prevalecer una sola de las tradiciones culturales y marcos lingüísticos de los que están presentes en la relación y el intercambio (como aquí prevaleció el “español”). El uso irreflexivo del concepto “interculturalidad”, sin que realmente se cumplan sus condiciones básicas, incluyendo en esta experiencia, nos deja a los organizadores una lección y un reto para construir e impulsar dichas condiciones con miras a que sean aplicables en otros ámbitos de nuestra vida cotidiana.
Foto:https://puedjs.unam.mx/1-foro-de-dialogos-sobre-democracia-justicia-y-sociedad-desde-los-pueblos-originarios-perspectivas-interculturales/