Por: Amaro Rodríguez S.
Desde el año 2014 que se suscribió el acuerdo de Minsk, mediante el cual Ucrania se comprometió a respetar derechos de las poblaciones separatistas de Donetsk y Lugansk donde la mayoría son rusos. En esos ocho años estas poblaciones fueron sometidas al asedio bélico por parte del ejército de Ucrania con el resultados de miles de muertos de todas las edades, a fin de doblegarlos y someterlos a su jurisdicción.
En ese lapso occidente liderado por EE UU y los miembros de la OTAN, ofrecieron una amplia ayuda económica a Ucrania con equipos bélicos e incluso llegaron pequeñas fuerzas de la OTAN para fortalecer la capacidad militar de Ucrania en caso de un enfrentamiento con Rusia, pese a las continuas protestas diplomáticas de gobierno ruso a través de Vladimir Putin quien planteó exigencias para mantener su seguridad, pero no fueron aceptadas por occidente.
Rusia se sintió acorralada con fortalecidos equipos bélicos en su frontera con Ucrania y a solo 10 minutos de alcance con misiles, lo que obligó a desplegar más de cien mil soldados en la frontera con Ucrania con miras a una posible invasión a territorio de Ucrania, para destruir lugares bélicos estratégicos fortalecidos con ayuda de occidente, ambas potencias dirimen supremacías hegemónicas arrastrando a una guerra con el lamentable sacrificio de la población de Ucrania.
En todos los países del mundo sus pobladores exhiben su patriotismo en defensa de la tierra que los vio nacer, este patriotismo es exacerbado por una propaganda sesgada alejada de realidades, los patriotas cavan trincheras de antaño para enfrentarse a las fuerzas invasoras, pero ahora esas trincheras podrán quedar intactas, la muerte llega desde lo alto y por la contundencia de los ataques obliga a las partes a sentarse en una mesa de negociaciones, donde se pierde menos.
A todas las personas del mundo les interesa la paz y el enfrentamiento entre potencias atómicas pone en riesgo la existencia de la humanidad, solo por el interés hegemónico de potencias y por la influencia de aventureros fabricantes de armas de la muerte, este verdadero escenario es sesgado por una campaña de desinformación en desacuerdo con la cruda realidad. Por hoy los pueblos del mundo ya empezaron a sufrir alza de precios, que lo asimilarán también los promotores de esta aventura bélica.