Gracias a programa regional Siembra y Cosecha de Agua
El programa regional Siembra y Cosecha de agua está generando un cambio importante y mejora incuestionable en la economía popular y agricultura familiar del ande de La Libertad, que antes era básicamente de consumo. Ahora, gracias a los 15 mil reservorios que hay, los campesinos tienen agua todo el año, mayor productividad y diversificación de cultivos.
En el caso de la siembra de papa, por ejemplo, tradicionalmente el promedio por hectárea era de 14 toneladas y solo se podía sembrar una vez al año, aprovechando la temporada de lluvias. Hoy, gracias a los reservorios, se puede sacar 30 t/ha y sembrar dos veces al año, explica el gobernador regional Manuel Llempén Coronel.
Como región tenemos 2 millones 549 mil ha y de eso solo se utiliza para el agro 528 mil ha. Eso representa solo un 20% aprovechado en la agricultura, al secano y bajo riego. Falta utilizar el 80% del territorio. El problema es que solo 273 mil hectáreas tienen agua. La mayoría de esas tierras está en la costa y 70 mil ha en la sierra. En la costa se creció gracias a proyectos de gran inversión como Chavimochic o Jequetepeque Zaña.
Gracias al programa Regional de Siembra y Cosecha de Agua, se han generado cientos de puestos de trabajo, cambiando la vida de la familia rural. En la actualidad, la economía familiar se incrementó en un 80% considerando que se percibe una bonificación mensual por laborar en el proyecto y el ingreso por la producción de campaña agrícola.
Otras familias están invirtiendo en la ampliación de su frontera agrícola, diversificando su producción, en la crianza de truchas, mejoramiento de ganados para la comercialización de carne, leche, derivados lácteos, lana entre otros.
“Este exitoso proyecto está siendo replicado en otras regiones”, precisa Llempén, recordando que incluso la FAO ha reconocido su importancia por los resultados que ya se observan.
Desde el Gobierno Regional de La Libertad, a través de la Gerencia de Agricultura, se invierte este año S/ 80 millones para construir 48 qochas (lagunas artificiales) y reforestar 6,600 has de bosques con pinos.
Además, se está adquiriendo maquinaria con un presupuesto de S/ 25 millones para mejorar la capacidad operativa de la gerencia de Agricultura y apoyar a los campesinos para descolmatar y hacer defensas ribereñas en los ríos y para las intervenciones en las qochas. Son 25 equipos, entre volquetes, excavadoras, cargador frontal, tractores de oruga, rodillos, cama baja, motoniveladoras, entre otros.
Este año se producen 8 millones de plantas en los 8 viveros implementados, sembrando más o menos 1,100 plantas por hectárea. Se sembrarán 5 millones y lo demás el año 2023. Se eligió el pino por sus beneficios. El eucalipto requiere más agua. El quinual es otra opción, pero esta planta nativa demora más en dar beneficios.
La meta es sembrar 6,6 has de bosques de pinos pátula y radiata para interceptar el agua de lluvia, retenerla e infiltrarla en los acuíferos y suelos con más o menos 25 millones de m3, recuperando manantiales que se estaban secando por falta de reserva hídrica en las cabeceras de cuenca. Los caudales de los ríos también estaban disminuyendo.
Un bosque retiene el 50% de las precipitaciones pluviales. En siete mil has se estima ganara 35 millones de m3 para recargar los acuíferos de ríos y manantiales subterráneos en la parte alta, la que es utilizada por los campesinos.
Un suelo almacena agua cuando es profundo y eso se ha ido perdiendo y solo va quedando roca. La forma de recuperar suelo es con el pino porque su raíz se introduce en las grietas de las rocas y la fracturan, meteorizándolo; y en las partes altas se generan las acículas, que son las hojas del pino, eso cae al suelo generando materia orgánica.
Si se consigue suelo profundo se devuelve la capacidad de retención de agua a la cuenca. Posteriormente se ha pensado sembrar plantas nativas y aromáticas.
Se siembra 600 plantas de pino por hectárea para que la energía solar pueda ingresar a los suelos para hacer crecer el pasto del tipo raigrás, trébol y alfalfa, que se utilizarán. El trébol y la alfalfa son leguminosas y el raigrás una gramínea. Mientras uno facilita el nitrógeno el otro el risodeo y esa asociación captura el nitrógeno, que es urea y alimenta el suelo. Ahora que la urea incrementó su costo y está escasa hay que volverá a las prácticas ambientalistas.
El pasto raigrás, trébol y hierbas para animales menores (cuyes y aves), ganado ovino y vacuno, lechero y mejorado como brown swiss, para optimizar los ingresos de las familias.
El objetivo es recuperar cobertura vegetal en las cabeceras de cuenca para que por gravedad se vayan recargando los acuíferos. Paralelamente, las qochas abastecerán a los 15.000 reservorios -incluyendo los del gobierno regional y las municipalidades- que permitirán tener agua todo el año a los agricultores y 2 o 3 cosechas al año, dependiendo de su cultivo.
Este programa se ejecuta en cuatro cuencas: Moche, Virú, Chichama y Tablachaca; de 48 qochas proyectadas, hay una terminada y 8 en construcción; y de 6,496 ha a forestar hay 1050 hectáreas terminadas y 5,446 ha en ejecución, lo que beneficiará a 6,400 productores.