Por: Víctor Hugo Chanduví Cornejo.
Con ocasión de celebrar el bicentenario de la independencia de la intendencia de Trujillo el presente artículo pretende dar un breve panorama histórico de los acontecimientos que ayudaron a la independencia de Trujillo y del Perú y rendir homenaje al ciudadano Trujillano don Luis José de Orbegoso, quien fuera integrante de la masonería, Presidente Constitucional y General en jefe, en la extraordinaria crisis que sufrió la República Peruana en las épocas de los años 1834 al 1836.
Trujillo, pieza clave para la Independencia del Perú
El 8 de setiembre de 1820 San Martín, participante también de los principios de la masonería, desembarcó en Paracas, pasando a Ancón y luego a Huaura con el objeto de ganar a Trujillo a la causa patriota. Tomó contacto secreto con el Alcalde Marqués de Bellavista: con Don Clemente Merino de Arrieta, esposo de la dama que bordaría el primer pabellón patrio, con D. Luis José de Orbegoso y Moncada que era Síndico Procurador General del Ayuntamiento de Trujillo, entonces Conde de Olmos, casado con la dama Trujillana Doña María Josefa Martínez de Pinillos (1816) y con el Intendente José Bernardo de Tagle y Portocarrero, Marqués de Torre Tagle, reconocido miembro de las Logias masónicas.
“Mandaba entonces en Trujillo como Intendente y Comandante General de Armas, el Brigadier Marqués de Torre-Tagle, quien no tardó en entenderse con el General San Martín, y sin muchas dificultades que vencer, se juró la independencia en mi país el 29 de diciembre de 1820” (De Orbegoso; 1939, 17)
Para comprender la Importancia territorial, administrativa y política de Trujillo, hay que tener en cuenta que estuvo básicamente conformado por el obispado de Trujillo, ubicado entre el de Lima y el de Quito, que contuvo varias provincias o jurisdicciones gubernativas conocidas como corregimientos. A la extinción de éstos últimos en las postrimerías del siglo XVIII, se creó la intendencia de Trujillo, que abarcó el área de su obispado y que siendo una de las nuevas regiones administrativas más extensas y pobladas, fue sin duda una de las más importantes del nuevo sistema de gobierno implantado por los Borbones. La sede de las principales autoridades políticas, administrativas y eclesiásticas de la región fue la ciudad capital de Trujillo, en la provincia de igual nombre, desde donde se irradiaba su influencia hasta Guayaquil por el norte, y la provincia del Santa por el sur, así como Cajamarca y Chachapoyas por el este. (Paul Aljovín de Losada)
San Martín, comprendió que era importante contar con el apoyo de Trujillo y no tardo en convocar una junta de las autoridades y vecinos notables, en casa del General La Fuente, que aún servía la Prefectura (de la que se había encargado por sí y ante sí desde la prisión de Riva Agüero) y en dicha junta manifestó la gran escases de dinero para atender a los más precisos y urgentes gastos de la guerra y a la subsistencia del ejército. En esta junta cabe destacar la presencia de Don Luis José de Orbegoso y Moncada, quien manifestó que todos tenían que sacrificar la parte de sus fortunas que fuere necesaria y en un acto de desprendimiento y de patriotismo puso a disposición del General San Martín “ todos los capitales de mis haciendas, que consistían principalmente en ganados, para que se empleasen en el servicio y sostenimiento del ejército, exigiendo únicamente se me devolviesen los cascos de mis fundos, una vez terminada la guerra, para labrarlos y fomentarlos si me fuera posible “( De Orbegoso; 1939, 28)
Este gesto es muy poco conocido por los trujillanos, por tal motivo nuestro propósito de difundirlo, como reconocimiento histórico a su nombre.
El 29 de diciembre de 1820, en la sede del cabildo, el movimiento patriota proclamaba solemnemente, antes que otros pueblos del Virreinato, la Independencia nacional, aquí aparece nuestro personaje trujillano D. Luis José de Orbegoso y Moncada quien cede a la causa libertadora la mayor parte de su mayorazgo; esclavos, caballos, graneros y víveres, para la causa libertadora inspirado en esos nobilísimos sentimientos que lo hicieron renunciar a su alta posición y desprenderse de sus cuantiosos bienes de fortuna para abrazar con fervor la causa de la libertad.
COLOFÓN
En palabras de Bonilla “La Independencia de Hispanoamérica y del Perú aparecen pues no como el resultado de una rebelión deliberada contra España, sino como un intento de reponer o reemplazar a la monarquía derrotada”
En lo que respecta a Trujillo, es emocionante la vida del Mariscal D. Luis José de Orbegoso y Moncada, protagonista de nuestra historia, quien fue un hombre culto, sincero, humano y honrado a carta cabal. Su condición de Conde de Olmos y de sucesor de los valiosos mayorazgos de las casas Orbegoso, Galindo y Moncada, le colocaban en expectable posición social y en holgada situación económica, dentro del régimen del Virreinato y de la República.
La Historia se ha encargado de juzgarlo y hacer resaltar la importante figuración de la vida pública del Gran Mariscal y Presidente del Perú Don Luis José de Orbegoso, quien en medio del desgobierno y de las ambiciones descolló su egregia figura rodeada de esa aureola de bondad, de energía, de desinterés y de patriotismo, que fueron las características de su vida y que determinaron su acción.
Para terminar, reproduzco las palabras del Señor Luis José de Orbegoso, nieto del prócer de su mismo nombre. “Señores, imitemos el noble ejemplo de acción constructiva y de amor al terruño que nos legaron nuestros mayores desde hace cuatrocientos años y volvamos a hacer de Trujillo lo que fue y debe serlo siempre: un sector de la nacionalidad feliz y próspero, por su magnífica situación geográfica, por la benignidad de su clima, por la fertilidad de sus valles y por las enormes y fabulosas reservas de metales preciosos que guardan las entrañas de nuestros cerros. Señores Tengamos fe en el Porvenir…”
Viva la ciudad de Trujillo, punto de partida del nacimiento de la República el 29 de diciembre de 1821, día de la proclama de la Independencia de Trujillo del Perú.
Trujillo, octubre de 2020 ejchanduvi@hotmail.com