Columnistas

GAFO

By cmontalvan

June 16, 2025

Por: Juan Castañeda Murga

En las provincias de La Libertad y Cajamarca muy común usar la palabra gafo en la acepción de tonto o zonzo. En Magdalena de Cao escuché a una mujer que le decía a otra: “deja de hablar gaferías”. Según Corominas proviene del árabe qáf, que se usa para denominar a una persona que tiene los dedos contraídos por la lepra. El Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española ha compilado varias acepciones; por ejemplo, en México significa “entumecido de frío”, en Colombia es el que no oye bien, en Honduras la persona que tiene mala suerte, en Venezuela como persona que tiene poca inteligencia o entendimiento y que hace cosas inoportunas.

En el Perú, en el siglo XVI, en su Vocabvlario de la lingua Qquichua el jesuita Diego González de Holguín se refiere a gafo como la persona entumecida y nos dice “Estar frío como la nieve y gafo y impedido para trabajar o aterido”. Juan Álvarez Vita en su Diccionario de Peruanismos, refiere que esta palabra se usa en Cajamarca y parte de la costa norte del Perú y designa a la persona “de poca inteligencia y hace torpezas”.

En Trujillo, en 1786, se usaba gafo como si se tratase de una patología. De esta manera Segundo Narváez, negro criollo, esclavo del oficial de alarife Thomas Rodriguez de Tejeda, que había fallecido, iba a ser vendido por el hijo del difunto al cacique Agustín Chumbihuamán. Narváez, que ya era un anciano, protestó afirmando que estando al servicio del finado “como su tal criado en este oficio me puse gafo e imposibilitado de todas las coyunturas de mi cuerpo…”. De la misma manera en 1805, José Manuel del Aguilar, natural del reino de Santa Fe de Bogotá, estaba preso en la cárcel del cabildo, y pidió que por hallarse “gafo de ambos brazos” se le quitaran los grilletes, pues no era necesario porque se encontraba “inválido e inútil”.