Elecciones en Bolivia: Entre la Whipala y la Biblia

Por: Percy J. Paredes Villarreal

La caída de Evo Morales en Bolivia en las últimas elecciones presidenciales realizado a fines del año pasado; implico un  paso importante para  la derecha neocolonialista,  recuperando el poder que estuvo en manos del sector indígena durante los últimos 15 años.  Tras muchas décadas de haber sido un sector marginado y discriminado por parte de los blancos y de la derecha boliviana, particularmente santacruceña.

No se puede negar que durante  el periodo de gobierno de Evo Morales, se generó un crecimiento económico importante, basado en inclusión social, reducción de las brechas de desigualdades,  crecimiento económico y  desarrollo social, permitiendo grandes avances en comparación a otros países de América Latina.

Según la CEPAL, en su último reporte, manifestó los grandes avances y logros obtenidos por Bolivia, como: 1) Al ingresar al gobierno la pobreza en hogares estaba en un 60% y la extrema pobreza fue de 28,9%; en el año 2017, esta se redujo a 30,6% y 14,2% respectivamente. 2) En relación al gasto social del año 2016, este país del altiplano destino el 12,6% de su PIB, superando a Ecuador, México, Paraguay, Perú. 3) En ese mismo año, el gobierno boliviano destino el 14,8% a Salud, 41,4% Educación y 37% de su PIB superando a los países mencionados líneas arriba. (Panorama Social).

Estos avances y logros económicos, nunca han sido cuestionados por la derecha neocolonial, su cuestionamiento va por el lado de no aceptar que un aborigen o indígena les gobierne ni tampoco los símbolos ancestrales indígenas se conviertan en expresión de su identidad cultural. Como fue el reemplazo de la biblia y el crucifijo por la Whipala, emblema indígena ancestral.

En estos últimos años, en el aspecto político Evo Morales venía arrastrando una serie de cuestionamiento por parte de la población, como: 1) el referéndum  convocado en el año de 2016 para que Evo  postule por cuarta a vez a la Presidencia de la República boliviana fue un plebiscito,  la población le dijo “NO” a su  reelección; a pesar de ello, su insistencia en candidatear llevo a que el tribunal electoral admitiera su candidatura generando un descontento en la mayoría de la ciudadanía; 2) la falta de entendimiento de la realidad y la intransigencia de volver postular a como de lugar, reflejo una necedad del ex presidente boliviano; 3) la ausencia de cuadros políticos o  liderazgos dentro del partido MAS que puedan reemplazar a Morales, generando la continuidad del proyecto político que venía teniendo resultados positivos; 4) la concesión de Evo a la derecha en algunos sectores económicos, para de esa manera quedar bien con este sector que posteriormente lo traiciono; 5) el distanciamiento del partido de gobierno con los sectores sociales de izquierda y de las organizaciones sociales gremiales y sindicales, le genero el poco respaldo que tuvo ante la arremetida de la derecha; 6) el fraude electoral en la que se vio envuelto el gobierno de Morales, (según la OEA y que en estos últimos días se está demostrando lo contrario), fue  la oportunidad para que la derecha arremeta buscando su destitución, generando caos y enfrentamiento; 7) la actitud de las Fuerzas Armadas al no respaldar al presidente boliviano, demostrando en forma sutil un golpe de Estado.

Estos antecedentes implicaron un retroceso de las fuerzas de izquierda para respaldar no tan solo a Evo Morales sino a las políticas reivindicativas en favor de los sectores aborígenes, que por mucho tiempo estuvieron marginados y tratado como serviles; teniendo en los blancos y los políticos de derecha los encargados de mantener esta discriminación y actitudes racistas contra la gran mayoría de indígenas marginada y  excluido social y políticamente.

El gran error de Evo fue volver a postular, cuando la población le dijo que no postule,  que busque un nuevo rostro como candidato en las nuevas contiendas electorales; esto llevó  a que la ultraderecha con el respaldo del ejército boliviano irrumpa y se posesione de las instituciones públicas y del Estado, para implementar una política de persecución contra los indígenas.

En un primer momento, los indígenas estuvieron desorganizados y fueron arrinconados; posteriormente se dieron cuenta que no era una lucha contra el gobierno de Morales, sino contra los indígenas que venían gobernando el país; por lo que se organizaron para enfrentar a esta derecha que buscaba en todo momento destruir y someter a la cultura indígena, como fue la destrucción y desaparición de la Whipala, símbolo emblemático de los indígenas, reemplazándolo por la biblia y el crucifijo, en señal de triunfo e imposición de los blancos y empresarios.

 El conflicto trajo muchas muertes, generando la salida y el asilo de Evo en México, posteriormente en Argentina. La convocatoria a nuevas elecciones a realizarse en el mes de Mayo del presente año, ha implicado que la derecha participe fraccionadamente en diversos candidatos incluyendo la actual presidenta boliviana, que fue impuesta y que buscó en un primer momento actuar interinamente en el cargo, pero a pesar de ello ahora también está postulando. Mientras que la izquierda va con un solo candidato perteneciente al MAS (partido de Evo Morales), negando la postulación del líder al puesto de senador, bajo el argumento de no estar viviendo en Bolivia.

Según los últimos sondeos de las encuestadoras todo hace presagiar de que el MAS, se haría con el triunfo, pero habría una segunda vuelta. Por lo que, los seguidores de la Whipala, están buscando ganar en primera vuelta; ya que, de ir a una segunda, todos los de la derecha podrían juntarse y votar en bloque en favor del candidato de los conservadores.

Todo hace presagiar que estas elecciones generales en el altiplano, va tener una confrontación entre los indígenas y los blancos colonialistas, entre los que defienden el símbolo ancestral indígena de la Whipala y la biblia, hacia ese terreno se llevarán el proceso electoral en Bolivia.

Foto: https://www.elespectador.com/

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