Por: Amaro Rodríguez S.
El caso protagonizado por la candidata al congreso por Fuerza Popular, María del Carmen Olórtegui, quien aparece en una lista del MINSA, la que favorece a unas 157 personas con la vacuna Sinophram, dolosamente aplicada a la candidata en la clínica Saana, antes Sánchez Ferrer, ubicada en la Urb. California, sin que se realice en esta clínica atención a enfermos de Covid-19, delata actividad delictiva.
De acuerdo a informes periodísticos, a la aludida Olórtigui le aplicaron la vacuna el 12 de febrero, pese a que según dice no pidió ser vacunada y a resistirse hacerlo, pero le dijeron que de todas maneras debía de vacunarse. Ella dice no saber por qué lo seleccionó MINSA sin haberlo pedido. Esta actitud no indica cultivo de valores, si miente sola se descalifica para ser congresista donde se prestaría a hechos, no morales, éticos y no legales.
El desvió de las vacunas con destino a clínicas privadas ya fue denunciado en días pasados por importante Diario de Trujillo, el caso de la vacuna aplicada a la candidata de Fuerza Popular simplemente confirma la denuncia pública hecha por el diario trujillano, dando la alerta de restar vacunas en beneficio de quienes trabajan en primera línea y luchan para salvar vidas de pacientes en hospitales. Por esta rezón indigna este injustificable desvió de vacunas a clínicas particulares y merece la justa sanción.
Por el momento creemos que se trataría de favoritismo motivado por razones políticas, aunque no se descarta el intento de implementar un negociado con la venta de vacunas adquiridas con el dinero público, dejando de lado a quienes lo requieren con mayor prioridad, siendo los directos responsables los del MINSA quienes elaboran esas listas.