Caminar la vida sin pausa con paso derecho y marcial

No detenemos a reflexionar o ver direcciones todo se hace sobre la marcha

Por: Amaro Rodríguez S.

El tiempo como si fuera una faja transportadora de funcionamiento indefinido, sobre ella desde que nacemos caminamos despiertos, o dormidos y en el mejor de los casos hacerlo de pie mirando la luz, con un marcado paso derecho y marcial que nos conduzca al horizonte donde habitan y cobran realidad escalonada nuestros sueños y proyectos más anhelados, sin detenernos a reflexionar, porque todo se hace sobre la marcha.

El camino del tiempo arrastra nuestras insignificantes vidas en el contexto universal, que puede ser observadas por inteligencias superiores en sólo un día, como nosotros podemos observar en solo un día sin dormir, todo el ciclo vital de un insecto que dura desde su nacimiento, niñez, adultez y vejez hasta su muerte solo 24 horas. Así de relativo es nuestra frágil vida de la que muchos con soberbia nos vanagloriamos insensatamente.

Como seres más inteligentes y privilegiados en nuestro mundo tierra, aferrados a la vida, ambicionamos el mayor bienestar para cada uno, desatamos conflictos sociales para lograr acumular riquezas transitorias, que no lo llevaremos consigo tras la muerte, pero en muchos casos negamos compartir y propiciar del bienestar de más personas y familias.

Tengamos presente que el tren de la vida no se detiene, por eso debemos caminar siempre derecho, manteniéndonos de pie, no importando sea la base 40, 50, 60 o 80 como la mía, solo son referenciales, siempre mirando un mundo mejor para la humanidad y aportar algo para contribuir a mantener una sociedad menos diferenciada socialmente en base a recursos económicos bastantes relativos en el tiempo.

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