Aplauso por Ley trabajadora del hogar acorta brecha laboral

Cambio legal de ancestral semi esclavitud  de peruanas llamadas “sirvientas”

Por: Amaro Rodríguez S.

Un gran segmento de mujeres trabajadoras, vilmente maltratadas, abusadas y humilladas por malos patrones, queda atrás legalmente como ingrato recuero de un ancestral sistema de  semi esclavitud  para las mujeres que trabajaron hasta ayer es un sistema informal, que en décadas pasadas del 1960 lindaba con la  esclavitud, al no reconocerles derecho alguno a las trabajadoras domésticas llamadas “sirvientas” por sus patrones.

En los actuales momentos que se extinguen los reyes en el mundo, en nuestra patria con gran acierto y con un espíritu de justicia, en el Congreso se presentó y aprobó por proyecto de Ley en favor de las trabajadoras del hogar- Es transcendente esta Ley social, recuerdo desde el Presidente Velazco Alvarado, que dio leyes revolucionarias como la igualdad de  los trabajadores, los obreros tuvieron  al igual que los empleados de a 30 días de vacaciones y no solo 15 días que les asignaron las leyes.

También el Gobierno de Velazco Alvarado dispuso el derecho de los trabajadores obreros  atenderse en los hospitales de empleados, antes los discriminaba la Ley  con  hospitales obreros, como si fueran de segunda clase y dispuso en reformas sociales el reconocimiento de los hijos fuera del matrimonio, olivándose de anotar en las partidas de nacimiento como hijos ilegítimos. Hoy esta Ley a favor de las trabajadoras del hogar merece un aplauso.

Por generaciones de mujeres el trabajo doméstico sin horario durante las 24 horas del día que podían ser requeridas para trabajar y hace más de 70 años las empleadas procedentes de los pueblo andinos, deberían tener mucha suerte y protección divina para encontrar buenos patrones, porque son frecuencia fueron víctimas de maltratos y abusos, físico, psicológicos, sexuales, quedando todo en la impunidad.

La Ley aprobada por el Congreso de la República y Promulgada por el Presidente de la República,  establece el pago de un sueldo mínimo por un trabajo de 48 horas semanales, vacaciones de 30 días, gratificaciones en julio y diciembre. Con esta Ley en nuestra patria se acorta la brecha laboral, se lo dignifica por merecerlo como mujer trabajadora del hogar, a quienes en antaño a pulso, sin electrodomésticos arrodilladas trapeaban el piso.

En los años 1958 al 1963 cuando yo trabajaba en el Servicio Nacional de Erradicación de la Malaria,  en la zona del río Santa  médicos y enfermeras de Chimbote me encargaban traer mujeres jóvenes para empleadas domésticas. En los pueblos andinos de las provincias de Cabana,  Siguas  y de Pallasca, padres de familia me pedían traer a Chimbote e sus hijas para trabajar, algunas eran madres y dejaban a sus hijitos encargado con sus padres, yo los alentaba a tener confianza en encontrar buenas patronas.

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