Por: Amaro Rodríguez S.
Pese al apoyo que ofrece el Estado mediante bonos y transferencias de recursos a las municipalidadeS, para hacerlos llegar a los mas necesitados, la mayoría de los pobres no son realmente beneficiados, porque hay “suertudos” que sin necesitarlo les llega estos bonos procedentes del dinero público, y la desnutrición condena a la extrema pobreza para acabar con la vida a causa de cualquier enfermedad además del Covid 19.
Los Programas Alimentarios a cargo de las municipalidades, deben reactivarse, para que a través de ellos llegue los alimentos para niños y familias socias y otras más, que cocinen en comedores populares a manera de una “olla común”, guardando las precauciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias, tanto en la preparación como en la distribución.
Los comedores populares a cargo de las municipalidades provinciales tienen presupuesto para comprar los alimentos, almacenarlos y distribuirlos a los comedores populares para hacer frente a la falta de dinero en familias, privadas de trabajar el día a día y hoy se encuentran sumidas por el temor al Covid 19 y la angustia de sentir la escases del pan de cada día sobre todo para los niños.
No somos país con ciudadanos que no ahorran, los que los hacen son la minoría, pero mas bien somos un país con pobres que tienen deudas, pero que si saben honrar sus obligaciones, tal como saben ayudar dentro de su pobreza a vecinos mas necesitados y en los pueblos andinos casi nunca falta una papa para compartirlo con el que lo necesitan.
También es oportuno sumarnos a la petición del funcionamiento del sistema delivery en los restaurantes porque hay muchas familias que casi no cocinan en sus hogares, sea porque son dos personas o por razones laborales y ahora tienen que acudir a mercados creando mayor congestión en los mismos. Todo se puede hacer cuando hay voluntad de servir a nuestra comunidad,G sin infringir las normas indispensables para protegernos del Covid 19.