Por: Amaro Rodríguez S.
El Covid-19 hizo su incursión letal de nuestra patria a manera de letales huaycos bien localizados, para transformase gradualmente en incontenibles en aluviones en costa y sierra e inundaciones en la selva, empezó a inundar de lágrimas en todas la regiones del Perú por las crecientes pérdidas de vidas humana que laceró el alma colectiva del Perú ocasionando un intenso dolor nacional generando angustia de no poder contenerlo por el momento.
Entre las víctimas figuran los médicos que luchan frontalmente en primera línea contra la pandemia mundial y ya son decenas de ellos los que en cumplimiento de su juramente hipocrático de trabajar y exponerse por el bien y la salud de los enfermos, sucumbieron en su intento como héroes civiles y más de 820 médicos quienes cumpliendo su labor se contagiaron con el Covid-19, al igual que enfermeras, técnicos y todos los de Salud.
También debemos reconocer hasta ahora a más de 140 policías caídos cumpliendo su deber en conservar el orden para evitar más contagios y en contraste a los irresponsables quienes desacataron la cuarentena por razones banales ayudaron a la propagación del virus y podían haber contagiado a sus familiares.
Admitimos que el Covid-19 nos sorprendió como país mal preparado, mal equipado con un sistema de salud, históricamente vulnerable, con presuntos delincuentes infiltradas en los Poderes del Estado en sus diferentes niveles, que en vez de ayudar roban el dinero público, como ocurrió en la guerra del Pacífico, cuando el Presidente del Perú Mariano Ignacio Prado Ugarteche, llevó a Europa el dinero aportado pos el pueblo patriota para comprar armas, pero no retornó con las armas, lo hizo cuando perdimos la guerra y con fortuna.
Todos los peruanos de buena voluntad no podemos permanecer indolentes ante lágrimas de familiares y ante ese dolor que inunda al Perú, mejor respondamos solidariamente para detener la mortandad, sacando fuerzas de las flaquezas e iniciarnos en una nueva etapa de nuestras vidas aprendiendo a convivir con tiempos de recesión económica, con escases de puestos de trabajo y escases de dinero para alimentarnos.
Lo positivo que obtengamos de esta hecatombe nos permitirá con apoyo de la prensa nacional, que juega un rol trascendental en la democracia, identificar a los ladrones del dinero público, quienes indirectamente son cómplices del Covid-19 para aumentar el número de las víctimas.
Esperamos de los nuevos políticos voluntad para separar la paja del trigo, empiecen a guardar distancias con los corruptos de todo pelaje que ostentan cargos públicos en diferentes niveles, para contribuir a su identificación y se imponga la justicia. Hay malos peruanos como dice los evangelios de “todo hay en la viña del Señor”, la cizaña crece junto al trigo y están en nuestros gremios profesionales como colegas, camaradas o “amigos”, pero esperamos con ayuda de todos, identificar mafias y toda gama de delincuentes.
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