Por: Amaro Rodríguez S.
Con cierto optimismo pensamos estar alcanzando el pico del agresivo Covid 19 para aplanar la curva, así contener el daño a la economía nacional que condena a la miseria a los pobres del Perú, quienes ya no temen al Coronavirus, pero si al hambre, según lo señala una encuesta nacional, sobre todo niños no conscientes de la gravedad de la tragedia epidemiológica y desde temprano piden pan y sus padres no pueden trabajar, por impedírselo las normas sanitarias.
Los agricultores sobre todo los pequeños, de costa sierra y selva secularmente olvidados por decenas de gobiernos nacionales, que no fijaron en poner en la agenda de las políticas públicas, los incentivos planificados para el crecimiento y sostenibilidad de la agricultura, con metas cuantificables, para alcanzar una mayor producción y productividad.
Esta letal pandemia hizo abrir los ojos a millones de compatriotas para reconocer el agobiante trabajo de los agricultores peruanos, quienes ahora nos alcanzan sus productos agrícolas para nuestra diaria alimentación y así esquivar las enfermedades ante organismos anémicos y desnutridos, presa fácil para el Covid 19.
Además de reconocer el valor y tradición milenaria de nuestros campesinos abandonados y mal pagados, hoy la administración del gobierno nacional deberá empezar a fijar nuevas políticas para el sector agropecuario para potenciar la agricultura con mayor celeridad en la sierra y selva del Perú.
Esperamos que el Congreso de la República elabore y debata el proyecto de Ley contra la corrupción, contemplando entre las sanciones la incautación de bienes y las sanciones alcancen también a los empresarios que se prestan a emitir facturas sobrevaloradas. De ese fondo millonario se destine a promocionar la agricultura del Perú y parte de las mismas se destine también para construir y mejorar mas penales en el Perú. ()
