Por: Amaro Rodríguez S.
Parece que casi no hay gente decente, honesta y respetuosa
El desvío de la vacuna Sinopharm procedente de China, destinada a proteger a los trabajadores que se encuentran en le primera línea, por su labor de salvar vidas de pacientes con Covid-19, donde se perdieron centenares de vidas de estos heroicos trabajadores, quienes enfrentaron directamente la pandemia deficientemente protegidos. Estos trabajadores fueron señalados con justicia, las primeras personas que recibirían la vacuna.
Sin embargo por medios de comunicación estamos informamos, que algunas de esas vacunas destinadas a personas ya previstas empezaron a ser desviadas a favor de personas ajenas a la primera línea, sabe Dios si solo es a favor de una lista privilegiada, o ya empezó la rapiña vendiéndolas a propietarios de clínicas privadas, causando enorme y justificada indignación del pueblo.
Este fragante hecho nos da la sensación de gran escases de gente decente, honesta y respetuosa de los compromisos a los que estamos sujetos y debemos cumplirlo, para mantener el orden y credibilidad, al parecer se empieza desde arriba como el caso del ex presidente Martín Vizcarra, quien junto a su esposa fueron vacunados en secreto, aduciendo ser un voluntario en el ensayo clínico de esta vacuna, pero la Universidad Cayetano Heredia lo desmintió.
La dolosa acción del ex Presidente comprometió al personal de su confianza y otros, quienes motivados por una desnaturalizada lealtad a la autoridad del Mandatario, guardaron silencio cómplice, la credibilidad en las altas autoridades se erosiona más y enardece los ánimos en el pueblo que espera el momento que a ellos les llegue la vacuna, si es que no aparece un mercado negro con carroñeros, que vendan vacunas robadas al Estado.
Si tenemos autoridades, no decentes, no honestas, ni respetuosas de los derechos ajenos, empecemos aplicándoles la ley y generemos la obligada confianza que debe existir entre peruanos, para sumar esfuerzos solidarios y alcanzar nuestro desarrollo y bienestar para todos, sin distingos.